© Hergé/Moulinsart 2013. |
Era cuestión de tiempo. Tarde o temprano tenía que pasar. Llegó el día D, ese día en que Moulinsart SA, la gestora de los derechos de Tintín, llama a tu puerta.
No quiero dramatizar ni polemizar de forma gratuita. Moulinsart NO me invita a abandonar este blog. Es una decisión mía y solo mía. La misiva que he recibido es cordial e incluso denota cierto afecto y respeto por este espacio. No me tiran de las orejas ni nada por el estilo. Es más, se me invita, cosa que agradezco, a registrar este blog de manera formal y pasar a formar parte de las webs (más o menos) oficiales, aceptadas (controladas) por Moulinsart. Nada que objetar.
Solo quiero decir algo. Una cosa. Una sensación. No hablo de realidades, sino de una sensación mía. Puedo estar equivocado, no sé como son las cosas, pero sí sé como las siento yo. Lo que yo siento es lo siguiente: no me gano la vida con esto. Yo no como de esto. Este espacio me cuesta horas, trabajo, lecturas en una lengua que no siempre entiendo...¿Y todo esto para qué? Para promocionar, para dar vida (desde la modestia, por supuesto), a un personaje que no es mi negocio. Si yo tuviera los derechos del personaje, a los bloggeros como yo (y me está mal decirlo) les daría las gracias por difundir la obra de Hergé, por darle vida poniendo su granito de arena y, tal vez, tal vez, hasta les pediría su dirección para enviarles un detalle, una postal, un librito, una figurita de pvc.
Lo que he recibido es un PDF lleno de normas.
Como he dicho más arriba, no quiero dramatizar ni caer en el victimismo. Otra persona no le daría mayor importancia a esto. O incluso se sentiría halagado. En realidad, si tuviera muchas ganas de seguir, pues seguiría. Pero no tengo ganas de leerme toda esa parrafada de PDF. Ni de colgarlo a través de un link en la web. Ni tengo ganas de imprimirmelo. Ni de enviar una copia firmada a Bruselas. Ni de registrar este blog. Ni de ponerme a medir los píxels de las imágenes en blanco y negro, para saber si tienen las medidas adecuadas.
Mi respuesta a Moulinsart ha sido que este es el último post que os escribo, para despedir este espacio. Me han recalcado que no es necesario, y que de seguir con la línea actual no voy a tener ningún problema con ellos. Pero espero que entendáis la metáfora de la imágen, de la viñeta que acompaña a esta entrada.
Empezaba a notar un cierto desgaste después de más de dos años. Hacer las entradas de este blog no es fácil. Se trata (se trataba) de aportar algo a una audiencia como vosotros que está lejos de ser novícia. Me animó a seguir el contínuo crecimiento de visitas que veía, así como la cantidad y calidad de vuestros comentarios. Pero cuando alguien tiene dudas, cuando alguien está un poco cansado, estas cosas son la excusa definitiva para dejarlo.
Poco más que decir. Como he dicho anteriormente, este espacio no será borrado de la web, será respetado. Queda, eso sí, reducido al rango de recuerdo, de destello de los grandes ratos que hemos pasado por aquí. Daros las gracias a todos por no haber permitido casi nunca que una entrada quedara sin comentarios, habéis sido muy generosos.
Muchas gracias por todo, ha sido un placer. Hasta otra.
- Scardanelli.