Imágenes propiedad de Hergé/Moulinsart. |
En el psicoanálisis, la pulsión de muerte es opuesta a Eros. En este caso, Eros se caracteriza por la tendencia hacia la cohesión y la unidad, mientras que la pulsión de muerte es la tendencia hacia la destrucción.
En septiembre de 2009, la revista belga Le Vif publicó un Hors Serie especial sobre Tintín. Nos refugiaremos en un artículo de M. Van Nieuwenborgh, cuyas tesis son muy estimulantes.
Según este autor, Hergé, que mientras trabajaba en este título ya estaba muy enfermo (iba regularmente a Suiza a hacerse transfusiones de sangre), era consciente de que esta aventura jamás sería publicada. Sabiendo que su tiempo se acababa, lejos de trabajar en el álbum con presteza, Hergé se expresaba artísticamente con más pausa que nunca.
La motivación de este álbum no sería el gran público, sino la íntima expresión artística de las pulsiones de muerte de un autor que se sabe cerca del final.
Muerte y destrucción
Imágenes propiedad de Hergé/Moulinsart. |
Según V. Nieuwenborgh, Arte-Alfa no pretende, en lo esencial, narrar una trama sobre el mundo del arte. Lo sustancial del relato estaría encaminado a la (auto)destrucción. Esa es una de las claves de la fascinación que ejerce en el lector.
El papel preponderante de los coches en la obra es algo común. No lo es tanto el detalle con el que están dibujados en la aventura inacabada. Es llamativo que, en un estadio de desarrollo tan primario, donde a duras penas hay garabatos inteligibles a lápiz, los coches y sus impactos estén tan minuciosamente detallados, incluso a color.
El enemigo final
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El último villano de la serie está cargado de simbolismo. El temor de un autor que llega a su final...
Akass es un falsificador de arte. Un simulador. Falsificar es peor que imitar. El falsificador hace simulacros, pretende pasar por auténtico. Una imitación tiene siempre el referente de lo verdadero. Pero el simulacro pretende usurpar la identidad.
Akass, el último rival. La gran seducción. La gran amenaza. La amenaza del simulacro. De la continuación. De la pérdida de identidad. La destrucción de la obra y su singularidad. Nunca tuvo la serie una amenaza de tal calibre.
Casi 30 años después de la muerte de Hergé, Tintín sigue burlando al gran villano.